Rinoplastia Secundaria
Las Rinoplastias secundarias y postraumáticas constituyen un grupo de intervenciones quirúrgicas que suponen un reto diferente al de una Rinoplastia primaria. Aunque las estructuras nasales básicas continúan existiendo, estas se encontrarán en mayor o menor medida alteradas por el traumatismo, la cicatrización o la/s cirugías previas. Así como en la exploración previa a una Rinoplastia primaria es posible determinar con bastante exactitud cual es la disposición y calidad de las estructuras, en una Rinoplastia secundaria puede ser muy difícil, y a veces imposible, realizar estas valoraciones.
Valoración de una Rinoplastia secundaria
La valoración de un paciente que se va a someter a una Rinoplastia secundaria debe ser especialmente intensiva ya que en ella determinaremos:
- la situación de las estructuras anatómicas nasales que quedan. La situación de huesos y cartílagos nasales puede verse alterada por intervenciones previas.
- su cantidad, su calidad. Huesos y cartílagos nasales pueden haber cicatrizado inadecuadamente, pueden estar debilitados o incluso ausentes. Es importante conocer la cantidad y calidad de las estructuras anatómicas de la nariz porque de ello dependerá la estrategia, la técnica quirúrgica a emplear, si habrá necesidad de injertos, etc.
- la cantidad de tejído cicatricial presente. Igualmente importante es la cantidad de fibrosis o cicatrización que rodea el cartílago y el hueso de la nariz. La fibrosis suele impedir una buena cicatrización por lo que habrá que pensar en su eliminación, si es posible.
- la posibilidad de necesitar cartílago y/o hueso suplementarios (injertos) para complementar estructuras defectuosas o insuficientes, según lo explicado anteriormente.
- La valoración previa de cada caso suele incluir un análisis digital de imágenes, mediante las cuales podemos explicar al paciente, con mayor facilidad, que transformaciones son las adecuadas o posibles y que recursos necesitamos para realizarlas.
No es muy frecuente, pero en raras ocasiones una Rinoplastia secundaria no precisa de aporte de tejidos (hueso o cartílago), siendo suficiente la manipulación juiciosa y delicada de los existentes para lograr los objetivos previstos. No obstante en muchas ocasiones será necesario el uso de injertos de fascia, hueso y/o cartílago para suplir los tejidos existentes que pueden estar dañados, ausentes o presentar escasa consistencia.
Las fuentes habituales de injertos para estos fines se suelen ser:
- El tabique nasal (el que separa las dos fosas nasales), de las orejas o de una costilla (consulte este enlace para más información).
- La fuente de hueso más usada es la propia costilla o la porción ósea del tabique nasal.
- Casos muy seleccionados, donde los defectos son pequeños o restringidos al dorso nasal pueden ser resueltos total o parcialmente con microinjertos de grasa. A diferencia de los injertos de cartílago, que necesitan incisiones, los de grasa se colocan mediante inyección por lo que el traumatismo es mucho menor, aunque también es menor el grado de mejoría que se puede obtener. En este enlace puede obtener mayor información sobre los tipos de injertos que se usan en Rinoplastia y en este otro enlace podrá encontrar más información sobre la utilidad de los injertos de grasa y lipoimplante en Rinoplastia.
Además de alteraciones en la forma, es posible que el paciente también presente alteraciones respiratorias causadas por colapsos valvulares, desviaciones del tabique nasal o perforaciones septales. La videoendoscopia es una herramienta fundamental para realizar esta valoración. Casi todas las alteraciones funcionales pueden ser incorporadas a la planificación para tratar de resolver problemas estéticos y funcionales de manera simultánea.
Como se realiza una Rinoplastia secundaria.
Antes de pensar en una Rinoplastia secundaria es preciso un periodo de espera posterior a su anterior Rinoplastia. Este periodo de espera es extremadamente importante ya que permite a la nariz recuperarse suficientemente bien de la cirugía anterior. Esta espera necesaria será beneficiosa para que la nariz se desinflame y revele mejor los problemas existentes (si los hubiera) y también para que una cicatrización adecuada permita a la nariz recuperarse correctamente de una rinoplastia adicional. Como norma general establecemos un periodo de demora de aproximadamente un año para que el proceso de desinflamación y cicatrización esté lo más avanzado o completo posible. Retoques menores pueden realizarse mucho antes, pero esto no se puede considerar una rinoplastia secundaria. Realizar una Rinoplastia secundaria sin esperar un tiempo prudencial puede tener consecuencias no deseadas.
La ejecución de Rinoplastias secundarias cuenta con una extensa variedad de posibilidades técnicas como para tratar todas en este espacio. En otras secciones de esta web y en nuestro blog sobre Rinoplastia podrá encontrar entradas adicionales, en las cuales se aborda, con mayor profundidad, aspectos técnicos específicos que son objeto de muchas Rinoplastias secundarias como los siguientes:
- Perforaciones del tabique nasal
- Punta nasal excesivamente elevada
- Punta demasiado caída
- Nariz torcida
- Deformidad en V invertida
- Retocar una Rinoplastia.
- Problemas valvulares.
- Injertos de costilla en Rinoplastias secundarias.
- Problemas del dorso de la nariz.
- Fibrosis y otros problemas de cicatrización.
Salvo raras excepciones una Rinoplastia secundaria o postraumática se realiza bajo anestesia general y precisa ingreso Hospitalario. El tiempo quirúrgico puede ser muy corto o considerablemente largo en función de la dificultad de cada caso.
Un aspecto muy importante en las Rinoplsatias secundarias, y que puede determinar el resultado final, es la calidad de la piel y la cantidad de cicatriz existente bajo la misma. En condiciones normales después de una rinoplastia se deposita cierto grado de cicatriz bajo la piel lo que unido a la consistencia previa de la misma (fina, normal, gruesa) puede determinar que sea fácil, difícil o imposible obtener determinados resultados estéticos. Las pieles finas se suelen inflamar menos y se suelen desinflamar más rápido, pero pueden revelar cualquier mínimo defecto. Las pieles gruesas se inflaman más y se desinflaman con mayor dificultad, evitando en ocasiones la obtención de narices muy refinadas.
El paciente que se someta a una Rinoplastia secundaria es necesario que comprenda que no se trata de una intervención sencilla calificable como “retoque”, que es muy importante una exploración exhaustiva y completa para poder trasmitir al paciente que aspectos podrán ser mejorados y cuales no y, en definitiva, que grado de mejora estética y/o funcional podrá ser obtenido en cada caso.