Importancia de las válvulas nasales durante una rinoplastia

Alteraciones de las válvulas nasales y Rinoplastia.

Colapso valvular.

Las causas de dificultad respiratoria que tienen origen en la nariz, y que más se suelen tener en cuenta, son las que afectan al tabique y a los cornetes. Sin embargo a veces nos olvidamos de que el aire que respiramos entra por dos orificios, conocidos como narinas, que son extremadamente importantes para que se complete la primera fase de la respiración (la inspiración). En esta zona existen dos estructuras conocidas como válvulas nasales que actúan básicamente como limitadores de flujo al paso del aire. Las alteraciones de las válvulas nasales pueden ser, por tanto, causa de dificultad respiratoria y también de problemas estéticos.

Las válvulas nasales:

Si miramos el interior de las fosas nasales através de las narinas podremos visualizar dos estructuras: la válvula interna y la externa.

  • La válvula externa. Está formada por el área bordeada por los brazos laterales de los cartílagos alares, los brazos internos de los cartílagos alares (la columela), el tabique y el suelo de las fosas nasales.
  • La válvula interna está formada por el área bordeada por los cartílagos laterales superiores (también conocidos como triangulares), el tabique nasal, la cabeza de los cornetes inferiores y el suelo de las fosas nasales.

Ambas regulan la cantidad de aire que penetrará dentro de las fosas nasales y que dirección llevará posteriormente. Teniendo en cuenta que estas válvulas son manipuladas durante la mayor parte de las rinoplastias (por que los cartílagos alares son manipulados), se hace imprescindible conocer su estructura y su funcionamiento, no solo para no alterarlas, sino para mejorarlas o reconstruirlas en el caso de que sean defectuosas.

Causas del mal funcionamiento de las válvulas nasales.

Las válvulas nasales pueden estar alteradas:

  • De forma primaria: el envejecimiento, alteraciones congénitas o un desarrollo anormal de la anatomía.
  • De forma secundaria: después de cirugías o traumatismos.

En cualquiera de estos casos los componentes que forman las válvulas nasales pueden tener una estructura o una resistencia insuficiente (recordemos que tienen que soportar presiones negativas durante la inspiración), una posición anómala, pueden tener cicatrices o un tamaño inadecuado.

El mantenimiento de unas válvulas nasales correctas debe estar presente durante la planificación y ejecución de cualquier tipo de rinoplastia, especialmente si es secundaria. No solo conseguiremos un resultado estético más correcto y natural, también conseguiremos mantener o mejorar la función respiratoria de nuestros pacientes.

Diagnóstico de una alteración de las válvulas nasales.

Las alteraciones del funcionamiento de las válvulas nasales se diagnostican mediante una exploración y mediante pruebas dinámicas.

  • Exploración:
    • En los casos primarios, en los que no hay antecedentes de cirugías o traumatismos, se debe realizar una exploración para evaluar su tamaño, posición y estabilidad.
    • En los casos secundarios, en los que han habido rinoplastias o traumatismos previos, la inspección debe ir, además, en busca de retracciones o cicatrices que limiten o dificulten el funcionamiento.
    • Externamente la nariz puede tener, en ocasiones, una configuración característica que consiste en la presencia de unas depresiones en las paredes de las alas nasales. Puede haber igualmente un alargamiento o aplastamientos laterales de los orificios.
  • Pruebas dinámicas:
    • Una maniobra sencilla como realizar una inspiración fuerte, manteniendo uno de los dos orificios nasales tapado, puede darnos una idea grosera de si estos mecanismos funcionan de manera adecuada. Al inspirar fuerte la válvula afectada se colapsarla por la excesiva presión negativa que tiene que soportar. Al terminar la inspiración y destapar el orificio la válvula puede volver a su posición.
    • Algunos pacientes refieren también el alivio de los síntomas cuando traicionan de la mejilla en el lado afectado o cuando usan dispositivos externos como las bandas nasales.

Tratamiento del las alteraciones de las válvulas nasales y del colapso valvular.

  • Durante una rinoplastia primaria con válvulas normales:
    En este caso las modificaciones que realicemos en los cartílagos alares deberán ser medidas para preservar la función y la estructura de las válvulas. Normalmente bastará con modelar los cartílagos, siendo conservador en la reducción de su tamaño.
  • Durante una rinoplastia primaria con válvulas defectuosas o que pueden llegar a serlo: En estos casos los cartílagos alares suelen ser cortos y/o estar mal situados. El tratamiento suele ir encaminado a:
    • Reforzarlos, plegándolos sobre si mismos o colocando injertos ocultos que den el tamaño y soporte adecuados.
    • Reubicarlos en la posición adecuada sin necesidad de injertos.
    • Reforzarlos y reubicarlos.
  • Durante una rinoplastia secundaria con válvulas defectuosas: En estos casos podemos encontrar, además de lo anterior, acúmulos de cicatriz o fibrosis excesivos que dan rigidez y obstruyen físicamente el paso del aire. Además de las maniobras anteriores, la retirada de la cicatriz o acumulo de fibrosis puede devolver la flexibilidad a las válvulas y disminuir un volumen excesivo.
    El uso de injertos, por otro lado, suele ser casi siempre necesario ya que el tamaño de los cartílagos residuales o su posición suele ser defectuosa. Si se parte de unos cartílagos con una estructura, tamaño y posición anómalas no suele ser posible hacer la corrección usando los restos de cartílago que queden.
  • En cualquiera de los casos mencionados la mucosa que tapiza el interior de estas válvulas es igual de importante y, en lo posible, deberá ser preservada o, en los casos secundarios, liberada de las cicatrices y fibrosis que las estén distorsionando.

Pensar que la nariz en una de las estructuras que nos permite respirar con normalidad quizá resulte una obviedad. Precisamente esta obviedad debe ser motivo de especial atención cuando realizamos una Rinoplastia. Afortunadamente la Rinoplastia, como técnica, quirúrgica, ha evolucionado enormemente en las últimas dos décadas, permitiéndonos actualmente controlar con mayor eficacia las medidas que influyen tanto en la mejora de los resultados estéticos como funcionales.

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